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Palestino: Más de cien años de una pasión

Por Diego Khamis Thomas

Como Pablo le explica a Benjamín en una escena de la película El Secreto de Sus Ojos: “un tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia, de novia, de religión… de Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín… no puede cambiar de pasión”. Para todo hincha de un equipo el club de sus amores es su pasión, en mi caso Palestino. Para muchos esto resulta inexplicable, incluso podría verse como algo irracional, creo que en mi caso con Palestino sí hay una explicación.

A diferencia de muchos, no recuerdo cuándo fue la primera vez que fui a ver a Palestino, presumo que debe haber sido el año 92´ o 93´, en La Cisterna. Yo nací en octubre del 90´. Mi papá, José, fue tesorero de la directiva presidida por Fernando Lama entre 1988 y 1993, como parte de esa mítica campaña que consiguió el ascenso en tan solo una temporada. Es decir, el Club estuvo presente desde los primeros meses de mi vida, toda mi familia son hinchas del Club, mi abuelo y varios familiares han sido dirigentes de la institución.

Hasta eso mi relación con Palestino puede no diferenciarse mucho de historias de hinchas de otros clubes. Lo que hace especial esta relación es que Palestino resume varios de mis hitos identitarios, de esas cosas que marcan tu persona. Palestino representa el aporte de los palestinos y sus descendientes a nuestro país, es el emblema de ello, de un grupo de inmigrantes que supo integrarse al país, quererlo, aportar a él, pero sin olvidarse de sus raíces. Es el símbolo de la integración. Es un orgullo para nuestra comunidad la dedicación que el Club le da a las divisiones inferiores, realizando una labor no solo deportiva, si no que social con miles de chilenos, a muchos de los cuales Palestino les cambió la vida, más ahora, que desde 2020 esas escuelas de menores también existen en Jerusalén, Ramallah, Gaza, Belén, Beit Jala y esperamos que ojalá en toda ciudad palestina exista una escuela de Palestino.

Además, representa una forma distinta y pacífica de resistencia, de mantener la bandera de un pueblo que clama por sus legítimas reivindicaciones, esto es la esencia del Club. Si bien fue fundado oficialmente en 1920, la decisión de profesionalizarlo vino por iniciativa de un grupo de jóvenes, liderados por el padre Raúl Hasbún, quien dijo a razón de la partición de Palestina en 1947: “a Palestina la están borrando del mapa… en Chile tenemos que ponerla en el mapa”, profesionalizar el Club pondría el nombre de Palestina a lo menos una vez a la semana en los medios de comunicación, primero en Chile, pero ojalá en toda Sudamérica. Con ese objetivo, profesionalizar el club, lo llevan a la Olimpiada Árabe de Osorno en 1949, para finalmente verlo debutar en la primera Segunda división en 1952, logrando el título y el ascenso a Primera. Los sueños de los jóvenes fueron apoyados por el gran empresario Amador Yarur, a quien se dice que le ofrecieron una importante suma por cambiar el nombre de Palestino por el de “Árabe”, cuestión que no aceptó. El objetivo era claro y se ha cumplido de sobre manera, Palestino es Palestina. En tiempos que muchos negaban la existencia de nuestro pueblo, en tiempos que nuestra bandera era proscrita, en Chile flameaba de norte a sur. En Chile y en el sur de América nuestra identidad no se podía negar, Palestino es un Club que tiene 28 años más que el Estado de Israel. De la mano de la globalización, se permitió que sus hinchas se multiplicaran en el mundo: permitió que los palestinos en Palestina y en el exilio pudieran seguir al equipo y no solo los palestinos, si no mucha gente que se siente representada, ya que finalmente Palestino es una forma de resistencia, como aparece escrito en la camiseta: “más que un equipo todo un pueblo”.

Palestino es la expresión de mi identidad, al igual como le debe pasar a todos los palestinos y descendientes de palestinos que se vieron obligados a dejar palestina: no puedo definirme como un chileno a secas, eso no lo soy, tampoco puedo definirme como palestino, soy un orgulloso hijo de Chile, mi identidad es ser chileno de origen palestino, no puedo olvidar ninguna de las dos partes, son ambas muy esénciales en mi ser. Palestino es eso, es la representación viva de mi identidad, vamos a alentar a un equipo chileno, pero gran parte de los cánticos son adaptaciones de canciones árabes. La hinchada no utilizaba el bombo, como los otros equipos de Sudamérica, usábamos daf y tob´bale (como le decimos en Chile al derbake), en los estadios no solo se venden banderas con el escudo del Club, como sucede con otros equipos, al Club y a los hinchas los representa la bandera palestina. En La Cisterna se mezclan las hojas de parra y los dulces árabes con la mechada (emparedado típico de Chile) y el maní, y los insultos en un árabe antiguo con los típicos chilenos. Eso es Palestino, la expresión más clara y viva de nuestra identidad, chilena con origen palestino.

Siempre me he cuestionado si sería tan fanático del fútbol si no existiera Palestino. Un gol de Palestino es un gol de Palestina, es un gol de esos inmigrantes que llegaron a Chile buscando un destino que extranjeros les negaban en su tierra, un gol de nosotros, de sus descendientes que somos tan chilenos como orgullosos de nuestro origen e historia, un gol que es una alegría para los palestinos que resisten una brutal ocupación.  Para mi Palestino es mucho más que fútbol, Palestino es mi identidad, Palestino es mi pasión.


Diego Khamis actualmente es director ejecutivo de la Comunidad Palestina de Chile, es abogado de la Universidad Católica de Chile, secretario general del Club Palestino, ex presidente del Directorio Juvenil del Club Palestino. Se desempeño además en el Gobierno de Chile y ha sido asesor de varios parlamentarios.

  • Diego Khamis is executive director of the Palestinian Community of Chile, a lawyer at the Catholic University of Chile, and secretary-general of the Palestinian Club. He is a former president of the Youth Board of the Palestinian Club. He has also served in the Government of Chile, and has been advisor to several parliamentarians.

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